Hago girar mi rueda como dos aspas loco*

HAGO girar mis brazos como dos aspas locas...
en la noche toda ella de metales azules.]
Neruda


Tú ya sabes qué sucede cuando...
toda esta maquinaria comienza
agitada después de todo el tiempo
de este mundo.

Fuerzas ancestrales y atávicas
que antes que yo ilustraron senderos
luminosos. Pero como quiera
alguien que ha pasado pero no,
de puntillas, sin tocarnos, desconocidos
viéndonos en la parte opuesta del sofá.
Recorriendo con disculpa si sus manos
que no me conocen,
recorriendo sin disculpa si mis manos
no la conocen.

Durmiéndonos en la parte opuesta
de la cama. Despertando lugares comunes
e incómodos.
Viviendo en la parte opuesta del nosotros
y acuñando costumbres de la soledad
y encendiendo farolillos de necesidades
que se iban apagando solos.

Que se iban apagando solos.

Pablo, tú y yo ya sabemos qué sucede cuando
hago girar mi rueda como dos aspas loco.

Asfalto

Me llamaron Thomas por aquel escritor inglés o americano, no lo recuerdo. Hago autostop. Carretera convencional construida en la gran época. Mi sistema diagnóstico hub intenta localizar un transporte afín en dirección a Los Gigantes. No he pagado la cuota de filtro y conectividad emocional -este mes-. Será cara o cruz a cualquiera que pare. Cualquiera que valga a simple vista, como antes del gran cambio. Nunca te he contado cómo nos conocimos en persona.

Mientras duermes (I)


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Digo “rebobinar” y me mira la juventud para dejarme sola en lo que hoy ya no significa nada. Entonces recuerdo tu carta, desde el norte: “La existencia está formada por una serie de unidades que se concluyen aunque siempre sean imperfectas, lo mejor es enemigo de lo bueno y unas cuantas sentencias más que se me ocurren. Esto es muy sencillo.”
Jorge, desde que paramos el coche en ese merendero de verano, entre Madrid y Cádiz, ¿qué ha sido todo esto que no me importa?

Santiago de Chile. Junio de 2018.

En tres días sin mesa, sin sillas ni cortinas, no me ha hecho falta entenderme.

Pizarnik, hace tiempo que no me gustas



Me armo
y disparo a Mí,
la hipoteca de mi Quiero que solo quiere,
de Ti,
salvarme de Ti.

Mí sin Mí
por Ti.
La loba herida siempre muerta
en su pasiva compasión.

Pizarnik,
buscar
es un verbo.

El mentidero


Así la mujer trabajadora hostia al desgraciado de su hijo por quitarse un zapato, se reescribe la palabra sobresocialización en una red social, se nos pone crema anticelulítica y se recuerda qué era eso del AUTOestima (seguro hay un espejo al lado), los tweets se cantan y derogar la reforma 135 de la CE (chas) ha sido así: “la relación esencial entre muerte y lenguaje aparece como en un relámpago, pero es todavía impensada”, así se asusta el teléfono con un sms de “contestaaaaa”, déréliction, así YO no hallo más camino que el de utilizar la ficción para evitar la literatura, “¿De izquierda o de derecha? Un escáner de su cerebro puede tener la respuesta” se titula así, Maastricht, Amsterdam y Lisboa y cojones ya podrías haber lavado eso, y es que se te ha bajado la regla, el Bloom.

Fionn


Nos fuimos. "Tragamos saliva, escupimos bilis".
Hemos dejado de escribir nuestros pecados. No cometimos ninguno.
No hemos sobrevivido. Sabemos que solo nos han dejado cruzar. Sin perdón.
El amor fue la peor de las armas (como un guiño contra metralla); era estar extrañadas de rojo en las esquinas.
Novios y cicatrices de pan, miga mediocre en el cielo de la boca.

Hemos llamado a Dios para que nos recoja,
hemos matado a nuestros futuros hijos y
no podemos seros fieles, por lealtad.





Los muertos viven y, por lo tanto, los fantasmas no existen.

R. Fresán. La velocidad de las cosas.

Hago girar mi rueda como dos aspas loco*

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